HISTORIA DE LA MISIÓN
El Padre Christopher Hartley Sartorius, es un sacerdote católico perteneciente a la Archidiócesis de Toledo (España), que fue ordenado sacerdote por el Santo Padre, San Juan Pablo II, el 8 de noviembre de 1982, en Valencia (España).
Gracias a su encuentro con Santa Teresa de Calcuta, tuvo la gracia de descubrir su particular vocación a ser misionero entre los más pobres de los pobres para anunciar la vida en Cristo: por el anuncio de la palabra de Dios, la celebración de los sacramentos y las obras de caridad. Para hacer presente la misión de la Iglesia Católica en aquellos lugares donde nunca ha estado presente.
Dando respuesta a su vocación misionera, el padre Christopher Hartley llegó a la misión de San José de los Llanos (República Dominicana) en el mes de septiembre de 1997, donde permaneció hasta octubre de 2006.
En la República Dominicana, gracias al apoyo económico desde España y otros lugares del mundo, la Fundación Misión de la Misericordia puso en marcha numerosos proyectos de evangelización y servicio a los más pobres de los pobres:
- Cuatro centros educativos y nutricionales en los barrios más pobres de la Parroquia de San José de los Llanos (batey Contador, batey Paloma, batey Gautier y en el mismo municipio de San José de los Llanos, en el barrio de La Palma), donde se atendían diariamente a unos cuatrocientos cincuenta niños. El componente evangelizador era prioritario, así, además de comer, recibían catequesis y preparación para recibir los sacramentos posteriores al bautismo, además de clases de alfabetización y cultura básica.
- En el batey Paloma, se puso en funcionamiento un centro de formación profesional para mujeres donde recibían cursos de costura, corte y confección y donde además, se desarrollaron cursos de alfabetización de adultos, repostería, con reconocimiento por la autoridad competente del Estado.
- Se abrió una clínica de atención primaria.
- En esos locales se celebraba la Santa Misa y los demás sacramentos.
- En el año 2002, la diócesis de San Pedro de Macorís firmó un Convenio ¿con quien firmó un convenio? para la edificación de 160 casas, donde se lograría el sueño de reubicar a un gran número de familias que vivían en los bateyes, en condiciones verdaderamente infrahumanas. Con la ayuda de varias instituciones, llegaron a construirse dichas viviendas, que permitieron cerrar tres bateyes y trasladar a unas 600 personas a una zona urbana donde tuvieran acceso a otras fuentes de trabajo, condiciones de vida digna, agua y electricidad, educación básica y superior para sus hijos. El coste por vivienda fue de unos 12.000 euros cada una.
- Uno de los proyectos más ambiciosos en los que la Fundación Misión de la Misericordia participó con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación Internacional, y la ONG española CESAL, fue la rehabilitación y equipamiento del Hospital Materno Infantil Sagrado Corazón de Jesús y la red de salud que se creó en torno a este proyecto. Además, se fundó la escuela de enfermería, afiliada a la Universidad Pontificia Madre y Maestra (PUCMM) de Santiago de los Caballeros, con grado de licenciatura. Localizado en el último piso del hospital, contaba con más de 100 estudiantes. En noviembre de 2006, el hospital ya daba consulta externa desde hace un año y se habían atendido hasta ese momento a casi 7.000 pacientes. El hospital estaba abierto a todos los pacientes, independientemente de su origen o condición social, se cobraba una pequeña tarifa por consulta y disponía de una oficina de trabajos sociales para ayudar a la población más indigente. Allí trabajaban ocho médicos especialistas, quince enfermeras y una comunidad de cinco religiosas mexicanas que eran el alma y el corazón de ese centro de salud. Este proyecto constaba, además del hospital, de diez centros de atención primaria repartidos en los lugares donde la población era más vulnerable.
- En marzo de 2005, el obispo de San Pedro de Macorís, inauguró un Centro de Evangelización en la cárcel de San Pedro de Macorís, financiado íntegramente con fondos de la Fundación y que constaba de una capilla, dos aulas para 50 estudiantes y un despacho para ser utilizado tanto por el capellán, como por los abogados y médicos que prestaban servicios dentro de este recinto penitenciario.
- Con la colaboración de varios reclusos que habían completado sus estudios superiores y dos maestras que ayudaban de forma voluntaria, se inició un programa de alfabetización y educación continuada para los encarcelados. La inversión de este proyecto ascendió a un total de 120.000 euros a lo largo de tres años.
Después de que el Padre Christopher salió de República Dominicana, en octubre del año 2006, pasó doce años en Etiopía, fundamentalmente en la región somalí, la región quinta del Estado Federal de la República democrática de Etiopía, junto a la frontera con Somalia en la ciudad de Gode, perteneciente al Vicariato Apostólico de Harar; donde trabajó hasta mediados de 2019.
Con la finalidad de hacer presente el Evangelio de Jesucristo por primera vez en esas extensas regiones de África, la Fundación Misión de la Misericordia apoyó diferentes proyectos de la Iglesia Católica en la parroquia de Gode, tales como:
- La edificación de una escuela primaria y dispensario médico en el poblado de Ma´aruf, en el distrito de Kalafo (ya concluida y plenamente operativa)
- Un centro nutriciona, escuela primaria y centro de atención primaria en terrenos cedidos por el gobierno regional a la Iglesia Católica en Gode, con una extensión de ocho hectáreas.
- Allí se instaló un gran servicio de agua potable, tanto para las necesidades de los diferentes proyectos de la misión, como para abastecer de dicha agua potable a la cárcel regional vecina al proyecto de la Iglesia.
- Se instaló una inmensa zona de cultivo con papaya, plátanos, berenjenas, tomates y otras verduras, frutas y hortalizas.
- Se creó un proyecto de crianza de cabras, para abastecer de carne a la misión, tanto para los evangelizadores como para las mujeres abusadas del proyecto Tamara y sus hijos.
- Se electrificó con 40 paneles solares la residencia del obispado de Harar con un sistema de inversor y veinticuatro baterías solares.
- Se adquirieron dos vehículos Land-Cruiser, modelo ambulancia, para el servicio de la misión.
- Se adquirió un autobús de cuarenta plazas para el traslado de las mujeres del proyecto Tamara y sus hijos, desde la ciudad de Gode hasta la misión católica, distante seis kilómetros del centro de la ciudad.
- Se construyó una escuela primaria hasta el octavo grado en uno de los kebeles (barrios) más pobres de Gode a petición del alcalde.
En Etiopía, tuvo el honor y la gracia de fundar la primera misión católica en esa región que estaba aproximadamente a unos 800 kilómetros de la sede episcopal y que pertenece al Vicariato apostólico de Harar, con una extensión geográfica de unos 280,000 km2, básicamente el mismo tamaño de Italia y residía a unos 600 kilómetros de dónde se encontraba el sacerdote católico más cercano.
Cuando llegó a Gode, el Padre Christopher, era el único católico que había ido, aunque poco a poco, al paso de los años se fue aumentando un poquito el número de católicos. Allí consiguió que el gobierno regional musulmán donará un terreno a la Iglesia para que pudiera prestar un servicio a la comunidad, sobre todo por la cantidad de mujeres infectadas de sida dedicadas a la prostitución y a sus hijos. Así empezamos el proyecto Tamara.
El proyecto Tamara, es un proyecto que recuerda el nombre de esa prostituta del libro del Génesis: Tamar, que ayudó a los israelitas, los escondió y se salvaron. Ese cambio de vida nos inspiró este programa, para ayudar a estas mujeres, para que pudieran tener un encuentro con el amor de Dios. Algunas eran musulmanas otras ortodoxas y en el transcurso de ese tiempo tuvimos la gracia de celebrar algunos bautismos de estas mujeres y de sus hijos, sobre todo durante la noche santa de la Pascua de resurrección.
La labor de la Iglesia allí ha sido fundamentalmente testimonial, aunque tuvimos la gracia de tener tres capillas, donde estaba Nuestro Señor Jesucristo realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. La jornada empezaba cada día mañana de madrugada con adoración al Santísimo y la oración de la hora litúrgica de Laudes. También una hora de adoración al Santísimo por las noches, que siempre incluía el rezo de la liturgia de las vísperas. Esto para nosotros, fue verdaderamente el sostén y el soporte, encontrar a Cristo en la liturgia para que lo que celebrábamos a nuestras pequeñas capillas, pudiera comunicarse en caridad a los hombres nuestros hermanos de toda esa región que en su inmensa mayoría eran de religión musulmana, es decir, muchos de ellos por sus circunstancias de vida no podrían tener acceso a la liturgia de la Iglesia Católica; sin embargo, dado que el fruto de la liturgia es la alabanza Dios y la intercesión por los hombres, eso mismo era lo que hacíamos todos los días en nuestras capillas: glorificar a Dios e interceder por la salvación de nuestros hermanos, las gentes con las que trabajábamos en los hospitales, visitando sus chabolas, visitando poblados lejanísimos, prácticamente en la misma frontera con Somalia.
Poblados como Kalafo, incluso Mustahil, fueron poblados que tuvimos la gracia de visitar y allí comunicar lo que celebramos en la Eucaristía, convertido en caridad y testimonio evangelizador a los musulmanes los misterios de la liturgia, es decir, que, aunque no pudieran participar de la gracia de los sacramentos, podían participar del fruto de la liturgia que es la caridad de Jesucristo, un amor sin fronteras, gratuito y eterno. El amor de Dios a los hombres.
Esta misión de Gode está en la actualidad circunscrita en la Prefectura Apostólica de Robe y su Prefecto es quién vela para que pueda continuar dando frutos.
En 2019, el obispo Monseñor Eduardo Hiiboro Kussala de la diócesis de Tombura-Yambio (Sudan del Sur), situada al sur del país en la frontera con Uganda y República Centroafricana, invitó al Padre Christopher a servir en dicha diócesis, enviándole como párroco a la parroquia de Naandi llamada San Pedro y San Pablo y a la parroquia de Andari de la Santísima Trinidad.
Una misión ciertamente muy diferente a la de a la de Etiopía porque aquí en su inmensa mayoría la población es católica.
Una zona muy dificil y peligrosa a causa de las guerras civiles, donde la selva está infectada de rebeldes y sus buenas gentes han padecido muchísimos sufrimientos, muchísimas penurias, muchísimas dificultades y por tanto, una región donde la Fundación Misión de la Misericordia trata de llevar a cabo la obra de evangelización que se nos ha confiado
La parroquia disponía de una casa curial completamente destruida, sin puertas ni ventanas, sin agua corriente ni servicio sanitario, sin electricidad…escasamente cuatro paredes derruidas y con la iglesia en las mismas condiciones. También las escuelas primaria y secundaria estaban en condiciones deplorables, no aptas para la docencia. Además, ambas parroquias disponían de otras escuelas rurales que eran poco más que unos troncos por pupitres y un pedazo roto de pizarra clavado en el tronco de un árbol.
Repartimos un calendario del mes por todas las comunidades que pertenecen a ambas parroquias y conforme a ese calendario salimos casi diariamente a celebrar la Santa Misa y también a celebrar los demás sacramentos por estas comunidades, algunas de ellas están prácticamente en la frontera con la República Democrática del Congo y la República Centroafricana.
Gracias a las ayudas recibidas a través de la Fundación Misión de la Misericordia, son muchos los proyectos ya completados en favor de los más necesitados.
- La completa remodelación de la iglesia parroquial y de la casa curial de la parroquia de Naandi.
- La remodelación y ampliación de la escuela primaria “Santa Teresa” de Naandi y de la escuela secundaria “San Pedro y San Pablo”.
- La perforación y acondicionamiento de un pozo de agua en el pueblo de Naandi para suministro de agua a toda la población.
- La edificación de la capilla en el hospital de Naandi.
- La construcción de la iglesia parroquial de la parroquia de Andari además de una habitación para residencia de sacerdotes.
- La edificación de la iglesia de la comunidad de Baragu.
- La rehabilitación completa de la capilla y la sacristía de las hermanas Misioneras de la Bienaventurada Virgen María de Mupoi, se equipó completamente de los artículos litúrgicos para la celebración digna del Santo Sacrificio del altar, y se habilitó un dormitorio para las postulantes y candidatas a la vida religiosa de esa comunidad.
- Se ha edificado un enorme dormitorio para el seminario menor “San José” en la misma ciudad de Yambio y se ha equipado con literas y cochones, se ha electrificado; para un total de 180 seminaristas.